Twitter vs Facebook. El poder del pájaro azul

domingo, 15 de noviembre de 2015 1 comentarios en el nido
Ante todo, quiero aclarar que el contenido de este post está escrito desde mi más absoluto respeto y empatía hacia el pueblo francés y que me solidarizo con las víctimas -y sus familias- por los crueles atentados cometidos en París el 13 de noviembre, así como manifiesto mi total apoyo también hacia los países que sufren atentados en cualquier otra parte del mundo: Líbano, Nigeria, Siria, Irak... Allí donde reina el terrorismo, reciban mi más sincero ánimo y mi deseo de que toda barbarie termine un día no muy lejano, con la comprensión y el entendimiento entre los hombres independientemente de su raza, religión, sexo y cualquier otra diferencia que debería unirnos para aprender los unos de los otros y no para alejarnos.


¿Por qué mi necesidad de aclarar esto? Pues porque creo que el atentado en París es el mejor ejemplo para explicar el poder que tienen algunas redes sociales frente a otras, y no quisiera que se me tachara de insensible o aprovechada. No, no es eso. Simplemente, quiero poner de manifiesto lo que una red social, bien diseñada y bien utilizada, puede hacer por muchas personas en un momento de crisis debido a su gran alcance. Y lo poco que consiguen otras que gozan, quizás, de mayor popularidad al ser más sencillas e intuitivas. Son hechos los que quiero exponer, con pruebas.



Día 13 de noviembre de 2015

En cuanto supe de la noticia sobre el atentado en París, me lancé a las redes sociales para obtener información, pero sobre todo enlacé a la web de Euronews, que emiten en directo la última hora sobre cualquier acontecimiento que afecte a Europa en particular y al mundo en general.
Con Euronews de fondo, mi primer impulso fue acudir a Facebook: una decena de amigos hablaban sobre el tema; poca información, mejor me voy a Twitter. En la red del pájaro azul me encuentro con infinidad de tuits hablando sobre el tema, y si entro en los diferentes hastags (#AtentadoenParis, #Paris... etc.), encuentro muchísima más información proveniente de todos los rincones del mundo, de televisiones, de personas influyentes, periodistas, escritores... Muchas cosas que Facebook no puede ofrecerme. Pero aquí no termina esta reflexión...

Por supuesto me siento horrorizada, en shock, y busco la mejor forma de ayudar en lo que pueda desde mi casa, a las 12 de la noche... ¿Qué puedo hacer? Pues compartir información y todo aquello que sirva a cualquier persona que se encuentre en París en ese momento, sin saber dónde acudir, porque es un parisino al que la masacre le ha pillado tomándose una copa en un bar lejos de su hogar, porque es un turista que no sabe hablar francés, porque es alguien que está de paso. Mil circunstancias y mil situaciones diferentes. ¿Y si fuera yo quién estuviera allí y necesitara ayuda? Me sobra empatía para ponerme en marcha y me vuelco en compartir información.

A las 00:13 del 14 de noviembre, apenas poco tiempo después de los atentados, publico esto en Facebook:


6 "Me gusta"
1 persona que ha compartido mi post.








A la misma hora, lanzo este tuit en Twitter:




14 "Me gusta"
83 retuits (compartidos)
Más otros tantos compartidos en tuits relacionados.




La analítica de Twitter me da estos resultados:

¿Cuánta gente ha visto mi tuit hasta ahora y continuará viéndolo (pues sigue aumentando)?
Nada más y nada menos que 5.004 personas, frente a los pocos que son amigos en FB. Además, no conozco aplicaciones que me ofrezcan una analítica así sobre Facebook, como lo hace Twitter. Seguro que existen, pero no creo que me ofrezcan resultados semejantes.



Este es un ejemplo de lo que me encuentro cada día en las redes. Con Twitter puedo entender el comportamiento de mis seguidores y de aquellos a quienes sigo, sus gustos, sus tendencias, conocer otros puntos de vista, encontrar nuevas opiniones, ideas, sugerencias, de este y del otro lado del mundo.
Todas esas cosas me ayudan a conocer a personas increíbles que en Facebook no hubiera conocido jamás, por ser una red absolutamente endogámica y cerrada al mundo. Facebook es un patio de vecinos para echar unas risas.
Twitter me ayuda a crecer como lectora, escritora y persona. Podéis seguirme en la cuenta @Carolinamaiko
Y me gustaría creer que ese tuit que lancé con el hastag #PorteOuverte, ayudó a alguien a encontrar refugio en una noche triste e infame.
5.004 personas fueron testigos de que al menos, lo intenté.

Este es el poder del pájaro azul.

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Si necesitas ayuda para comprender Twitter y cómo hacerte visible, recomiendo "Twitter para #Escritores" de Jean Larser







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