Mi técnica literaria del "SPB": Swimming Pool Bookcrossing

lunes, 24 de octubre de 2011 0 comentarios en el nido




Debo decir que esta técnica se me ocurrió en un momento de desenfreno literario en el que estaba leyendo una novela casi imposible de leer.

Leyendo un producto tan infumable y lleno de faltas gravísimas de puntuación, gramaticales, incongruente, falto de estilo, etc., etc., y pensando en aliviar el dolor de cabeza que amenazaba con hacerme estallar el cerebro, se me ocurrió tirar el libro por mi ventana abierta de par en par... (verano del 2010).

Mi objetivo era acertar en la cocorota del vecino del bloque de enfrente, que está como un queso y así llamar su atención, pero... no acerté en la diana y el libro fue a parar a la piscina comunitaria de mi bloque de pisos.

El libro quedó desparramado, mojado, semihundido, cual Titánic a punto de ser tragado por las aguas irritantes y llenas de cloro desinfectante de la piscina. No sé por qué, pero no pudo hundirse del todo (será por que todo lo malo sale siempre a la superficie), el caso es que ocurrió algo muy pero que muy curioso...

Un vecino se acercó a la piscina, observó lo que flotaba entre las aguas y... ¡se llevó el libro! Bien, pensé, estamos ante un inicio de bookcrossing. Lo malo es que no me dio tiempo a decirle que lo lea, sí, pero que a cambio deje otro libro en su lugar, o que una vez leído, devuelva el ejemplar a la piscina para que lo disfruten otros.

Desde entonces, sé que existe algún escritor por ahí que teme que su novela termine formando parte de la técnica del SPB, que la arroje a la piscina por ser tremendamente mala. No teman ustedes, queridos amigos autores a los que reseño: en realidad soy incapaz de practicar esta técnica pero sí apoyo que otros lo hagan (sin arrojarlos a la piscina). Es más, me gustaría organizar un día de bookcrossing en mi ciudad. Existen tres lugares que ya lo fomentan, pero necesitamos más, muchos más.

El objetivo es que todo el mundo pueda leer. Aquellos que no leen por motivos económicos, porque no pueden comprar libros. Aquellos que leen poco porque no tienen tiempo, aquellos que no leen porque no se sienten atraídos por nuevas historias... compartiendo libros, quizás lleguemos a compartir ideas y pensamientos. O si no es así, al menos a debatir y confrontar puntos de vista diferentes.

El bookcrossing no lo inventé yo, pero sí una de sus técnicas: el bookcrossing "piscinero".

A ver si esto nos conduce a algun lugar en el que nos entendamos todos leyendo...

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